Para ello, los ciudadanos extranjeros deben cumplir los siguientes requisitos:

• Ser mayor de edad o estar emancipado conforme a la legislación portuguesa;
• Haber residido legalmente en Portugal durante al menos cinco años;
• Tener conocimiento suficiente de la lengua portuguesa (nivel A2);
• No haber sido condenado, con sentencia in rem judicatum, a pena privativa de libertad igual o superior a tres años por delito punible con arreglo a la legislación portuguesa;
• No ser un peligro o amenaza para la seguridad o defensa nacional, por su implicación en actividades relacionadas con la práctica del terrorismo, de acuerdo con la respectiva ley.

Con la adquisición de la nacionalidad portuguesa, los ciudadanos gozan de los siguientes derechos:

• Residir en un país seguro, con un sistema educativo y un sistema sanitario muy cualificados y accesibles;
• Beneficiarse de la libre circulación de personas y bienes dentro de la Unión Europea, pudiendo establecer su residencia en cualquiera de estos países;
• Beneficiarse de las excelentes relaciones que Portugal mantiene con todos los países de lengua portuguesa (PALOP);
• Poseer pasaporte portugués, que permite (además de la libre circulación en el Espacio Schengen) entrar en 159 países sin necesidad de visado;
• Mantener su nacionalidad de origen, si su país de origen también lo permite;
• Solicitar la reagrupación familiar, que permite a los miembros de la familia tener derecho a residir con el nacional portugués dondequiera que viva, ya sea Portugal u otro país de la Unión Europea.